José Monje Cruz - cantaor flamenco
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¿Tiene sentido incluir a Camarón de la Isla en una sección de rock andaluz? Lo explicamos a continuación.
El flamenco y el rock son dos géneros que, sin repelerse, son capaces como una esponja de absorber y mezclarse con otras músicas. Desde los últimos 60’s en que los Smash intentaban un ligero acercamiento hasta los grupos rumberos madrileños y catalanes, los instrumentos eléctricos hacen su aparición sin problemas.
En los primeros 70’s, Camarón de la Isla va de la Venta Vargas a los tablaos flamencos de Madrid y conecta con el guitarrista algecireño Paco de Lucía produciendo una serie de discos para Philips, muy flamencos y llenos de frescura que no dejan indiferente a ningún aficionado, convirtiéndose en grabaciones de culto.
Con un Paco demostrando su habilidad técnica y abriendo nuevas fronteras a la guitarra flamenca, el guitarrista obtiene un nombrado éxito en "Danza del sol mediterráneo" junto a Al Dimeola y comenzará su etapa de tríos de guitarra junto a John Mclauglin. Entretanto, el siempre valiente productor Ricardo Pachón propone a Camarón una grabación que le abra a otros géneros como el rock o el jazz, en lo que teóricamente es un homenaje a la poesía de Lorca, con colaboraciones de Villalón, Fernández Santos, Omar Khayam o Veneno en las letras.
Con un presupuesto ilimitado, y el estudio abierto, donde los músicos entran y salen aportando detalles en lo que recuerda los discos del Miles de los 70’s, aparece "La Leyenda del tiempo" (Philips 1979), tras cientos de horas de estudio y un montón de bocadillos. Considerado por la crítica internacional como la grabación más importante realizada en nuestro país, este disco marca un antes y un después en el flamenco de su tiempo.
Con foto en blanco y negro de Mario Pacheco, este disco cuenta con el grupo Dolores y los Alameda contribuyendo en los ritmos y arreglos de teclados, Gualberto "Smash" al sitar nunca sonó tan bello como en "Nana del caballo grande", unos jóvenes Tomatito y Raimundo Amador ponen la chispa de alegría y el bailaor Manuel Soler y Diego Carrasco entre otros colaboran en percusión y jaleos.
Cuando Camarón recibe a los periodistas en el estudio vestido con un mono de albañil y un casco protector, los más puristas afilan sus cuchillos, calificándolo de "ligero" o "traidor". El disco vende poco, pero Camarón se lanza con el grupo Dolores a presentarlo en directo en todos los festivales de rock de 1980, consiguiendo compartir cartel en Barcelona con Stanley Clarke y Weather Report. Tras la "levantera" formada, el cantaor vuelve a la ortodoxia con "Como el agua" (Philips 1982) con Pepe y Paco de Lucía, que es un éxito, y los efectos eléctricos anteriores culminan en grupos como Pata Negra, Ketama, Pardo-Benavent y otros, donde el flamenco, fuera de complejos va a experimentar de una manera determinante, codeándose con artistas de todo el mundo.
Tomatito acompaña al cantaor en "Viviré" (Philips 1984), y "Calle Real" (Philips 1983) o "Te lo dice Camarón" (Philips 1986), discos que aúpan a Camarón al lugar de un mito entre los gitanos, y en un ídolo para los músicos de rock andaluz, dejando en Triana o Imán, por ejemplo, una huella importante.
Tras un peligroso accidente de tráfico, y numerosos desplantes en conciertos en vivo, la imagen de Camarón parece "tocada" ante la opinión pública, pero su sencillez y su nobleza, como la de un niño curioso, salen airosas del envite. Sin embargo, las noches eternas de fiestas y amigos le envejecen más rápidamente cuando lanza "Soy gitano" (Philips 1989), un éxito masivo en los albores de los 90’s.
Tras este disco actúa en Nueva York, Paris y en el Festival de Montreux, acrecentando su leyenda. Anárquico y templado como buen gitano, produce su ultimo disco "Potro de rabia y miel" (Philips 1992) junto al arreglista catalán Joan Albert Amargos y la Sinfónica de Londres, apareciendo en las películas "Sevillanas" y "Flamenco" de Carlos Saura.
20 años después de su muerte, Camarón sigue siendo el líder absoluto que el flamenco siempre buscó. Un artista muy musical, que pareciera vestir de ropas y trajes nuevos a una música que cuando el llegó estaba encorsetada e inmóvil.
Con su aportación, la música de Andalucía y todo el país se ha renovado, ha ganado prestigio. Muchos grupos de rock andaluz, de hecho, no hubieran sonado igual sin su impronta y su influencia. La única pena es que su temprana muerte nos ha privado de muchas más aventuras rompedoras que podría haber conseguido. La leyenda continúa y vive.
Es prácticamente imposible incluir toda su discografía en nuestro espacio, pero sí dejamos un lugar de honor para el disco que más se acercó al rock y tanto dio que hablar.
El flamenco y el rock son dos géneros que, sin repelerse, son capaces como una esponja de absorber y mezclarse con otras músicas. Desde los últimos 60’s en que los Smash intentaban un ligero acercamiento hasta los grupos rumberos madrileños y catalanes, los instrumentos eléctricos hacen su aparición sin problemas.
En los primeros 70’s, Camarón de la Isla va de la Venta Vargas a los tablaos flamencos de Madrid y conecta con el guitarrista algecireño Paco de Lucía produciendo una serie de discos para Philips, muy flamencos y llenos de frescura que no dejan indiferente a ningún aficionado, convirtiéndose en grabaciones de culto.
Con un Paco demostrando su habilidad técnica y abriendo nuevas fronteras a la guitarra flamenca, el guitarrista obtiene un nombrado éxito en "Danza del sol mediterráneo" junto a Al Dimeola y comenzará su etapa de tríos de guitarra junto a John Mclauglin. Entretanto, el siempre valiente productor Ricardo Pachón propone a Camarón una grabación que le abra a otros géneros como el rock o el jazz, en lo que teóricamente es un homenaje a la poesía de Lorca, con colaboraciones de Villalón, Fernández Santos, Omar Khayam o Veneno en las letras.
Con un presupuesto ilimitado, y el estudio abierto, donde los músicos entran y salen aportando detalles en lo que recuerda los discos del Miles de los 70’s, aparece "La Leyenda del tiempo" (Philips 1979), tras cientos de horas de estudio y un montón de bocadillos. Considerado por la crítica internacional como la grabación más importante realizada en nuestro país, este disco marca un antes y un después en el flamenco de su tiempo.
Con foto en blanco y negro de Mario Pacheco, este disco cuenta con el grupo Dolores y los Alameda contribuyendo en los ritmos y arreglos de teclados, Gualberto "Smash" al sitar nunca sonó tan bello como en "Nana del caballo grande", unos jóvenes Tomatito y Raimundo Amador ponen la chispa de alegría y el bailaor Manuel Soler y Diego Carrasco entre otros colaboran en percusión y jaleos.
Cuando Camarón recibe a los periodistas en el estudio vestido con un mono de albañil y un casco protector, los más puristas afilan sus cuchillos, calificándolo de "ligero" o "traidor". El disco vende poco, pero Camarón se lanza con el grupo Dolores a presentarlo en directo en todos los festivales de rock de 1980, consiguiendo compartir cartel en Barcelona con Stanley Clarke y Weather Report. Tras la "levantera" formada, el cantaor vuelve a la ortodoxia con "Como el agua" (Philips 1982) con Pepe y Paco de Lucía, que es un éxito, y los efectos eléctricos anteriores culminan en grupos como Pata Negra, Ketama, Pardo-Benavent y otros, donde el flamenco, fuera de complejos va a experimentar de una manera determinante, codeándose con artistas de todo el mundo.
Tomatito acompaña al cantaor en "Viviré" (Philips 1984), y "Calle Real" (Philips 1983) o "Te lo dice Camarón" (Philips 1986), discos que aúpan a Camarón al lugar de un mito entre los gitanos, y en un ídolo para los músicos de rock andaluz, dejando en Triana o Imán, por ejemplo, una huella importante.
Tras un peligroso accidente de tráfico, y numerosos desplantes en conciertos en vivo, la imagen de Camarón parece "tocada" ante la opinión pública, pero su sencillez y su nobleza, como la de un niño curioso, salen airosas del envite. Sin embargo, las noches eternas de fiestas y amigos le envejecen más rápidamente cuando lanza "Soy gitano" (Philips 1989), un éxito masivo en los albores de los 90’s.
Tras este disco actúa en Nueva York, Paris y en el Festival de Montreux, acrecentando su leyenda. Anárquico y templado como buen gitano, produce su ultimo disco "Potro de rabia y miel" (Philips 1992) junto al arreglista catalán Joan Albert Amargos y la Sinfónica de Londres, apareciendo en las películas "Sevillanas" y "Flamenco" de Carlos Saura.
20 años después de su muerte, Camarón sigue siendo el líder absoluto que el flamenco siempre buscó. Un artista muy musical, que pareciera vestir de ropas y trajes nuevos a una música que cuando el llegó estaba encorsetada e inmóvil.
Con su aportación, la música de Andalucía y todo el país se ha renovado, ha ganado prestigio. Muchos grupos de rock andaluz, de hecho, no hubieran sonado igual sin su impronta y su influencia. La única pena es que su temprana muerte nos ha privado de muchas más aventuras rompedoras que podría haber conseguido. La leyenda continúa y vive.
Es prácticamente imposible incluir toda su discografía en nuestro espacio, pero sí dejamos un lugar de honor para el disco que más se acercó al rock y tanto dio que hablar.