Formación original:
Joaquím “Max” Sunyer - guitarras Josep Mas “Kitflus” - teclados Primitivo Sancho - bajo Jordi Colomer - batería Ángel Riba - voz |
Segunda formación:
Joaquím “Max” Sunyer - guitarras Josep Mas “Kitflus” - teclados Primitivo Sancho - bajo Jordi Colomer - batería |
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Iceberg es, sin duda, el grupo instrumental más potente y técnicamente preparado del rock catalán de los años 70’s. Eso que los catalanes llamaban por entonces, música "con trempera" (marcha). Tienen su origen en el encuentro entre el guitarrista Max Sunyer (previamente en Vértice y Tapimán) y el teclista "Kitflus" (con Tony Ronald y Nubes Grises, entre otros).
Rápidamente graban su álbum de debut, "Tutankhamon", con fuertes influencias del rock sinfónico inglés, tipo Yes, en el sello CFE, pero no quedan convencidos de la parte vocal, y pronto pasan a ser un cuarteto instrumental con una magnífica sección rítmica, donde brilla un contundente Jordi Colomer a la batería. Pronto pasan a ser el grupo "estrella" en los numerosos Festivales de rock por todo el país.
Es en el segundo disco, "Coses Nostres", con una portada entre el cubismo y el comic, donde el grupo muestra sus cartas. "La flamenca eléctrica" es un tema brillante, que se convierte en sintonía de muchos programas de radio, mientras "Preludi y record" lo es de "Popgrama" de TVE. El sonido del grupo tiene un marcado acento jazz-rock con motivos catalanes o andaluces, según se mire, mientras el intercambio guitarras-teclado son de una técnica depurada, recordando a Jeff Beck o a la Mahavishnu. El resto de sus "compadres" ibéricos los tacharían de fríos, quizá con algo de razón.
Su tercer álbum "Sentiments" del 77 pasa por ser el mejor disco del grupo, tanto en arreglos como en composiciones, con "Alegrías del mediterrani", el punto fuerte con largos pasajes jazzísticos y fondos sinfónicos de teclados. La banda es considerada como la mejor del país, vendiendo razonablemente su catálogo.
Con la llegada del "punk", Iceberg publica otros dos discos, uno en directo (algo corto), y "Arc en-ciel", con buenos momentos como "El caminant nocturn", pero el grupo termina en los albores de los 80 con Kitflus y Max en la nueva aventura de Pegasus, con el bajo de Rafael Escote y la batería de Santi Arisa, que celebraba hace unos años sus 30 años en la industria musical.
Tras Iceberg, Max, siempre inquieto, ha continuado su carrera en solitario con el Max Sunyer Trío, mientras Kitflus ha ofrecido obras también en solitario y muchas colaboraciones como compositor, arreglista y director, llegando incluso a ser el responsable de los espectáculos en vivo de Joan Manuel Serrat.
Rápidamente graban su álbum de debut, "Tutankhamon", con fuertes influencias del rock sinfónico inglés, tipo Yes, en el sello CFE, pero no quedan convencidos de la parte vocal, y pronto pasan a ser un cuarteto instrumental con una magnífica sección rítmica, donde brilla un contundente Jordi Colomer a la batería. Pronto pasan a ser el grupo "estrella" en los numerosos Festivales de rock por todo el país.
Es en el segundo disco, "Coses Nostres", con una portada entre el cubismo y el comic, donde el grupo muestra sus cartas. "La flamenca eléctrica" es un tema brillante, que se convierte en sintonía de muchos programas de radio, mientras "Preludi y record" lo es de "Popgrama" de TVE. El sonido del grupo tiene un marcado acento jazz-rock con motivos catalanes o andaluces, según se mire, mientras el intercambio guitarras-teclado son de una técnica depurada, recordando a Jeff Beck o a la Mahavishnu. El resto de sus "compadres" ibéricos los tacharían de fríos, quizá con algo de razón.
Su tercer álbum "Sentiments" del 77 pasa por ser el mejor disco del grupo, tanto en arreglos como en composiciones, con "Alegrías del mediterrani", el punto fuerte con largos pasajes jazzísticos y fondos sinfónicos de teclados. La banda es considerada como la mejor del país, vendiendo razonablemente su catálogo.
Con la llegada del "punk", Iceberg publica otros dos discos, uno en directo (algo corto), y "Arc en-ciel", con buenos momentos como "El caminant nocturn", pero el grupo termina en los albores de los 80 con Kitflus y Max en la nueva aventura de Pegasus, con el bajo de Rafael Escote y la batería de Santi Arisa, que celebraba hace unos años sus 30 años en la industria musical.
Tras Iceberg, Max, siempre inquieto, ha continuado su carrera en solitario con el Max Sunyer Trío, mientras Kitflus ha ofrecido obras también en solitario y muchas colaboraciones como compositor, arreglista y director, llegando incluso a ser el responsable de los espectáculos en vivo de Joan Manuel Serrat.