Formación:
Jesús de la Rosa - voz y teclados Eduardo Rodríguez Rodway - guitarras Juan José Palacios “Tele” - batería y percusión |
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El grupo sevillano Triana fue el más carismático del rock andaluz. Únicos en su género y, por tanto, visionarios, su legado sigue estando hoy por hoy tan vivo como lo estuvo hace 30 años en el momento de su disolución, generando en el proceso controversias, como cuando en el año 2007, Eduardo Rodríguez (el único superviviente vivo del grupo) se lamentaba en un manifiesto de la falta de ética profesional que tenían algunas personas que se estaban apropiando del nombre de Triana en su propio beneficio. Ni siquiera una versión postrera creada por el Tele en los 90’s, pudo reavivar la llama de un grupo que sigue estando muy presente en la memoria de los aficionados. En otras palabras, sin Jesús, no hay Triana.
La historia de Triana se remonta a los primeros años 70’s, cuando en Sevilla se empezaban a escuchar grupos de rock progresivo con ideas nuevas, como Blind Faith, King Crimson o Pink Floyd, y que ejercerían una importante influencia en un montón de músicos que estaban buscando su propio sonido.
Jesús de la Rosa (Sevilla 1948-83) teclados y voz, ex-Nuevos Tiempos; Eduardo Rodríguez (Sevilla 1945) guitarra flamenca y voz, ex-Payos y Tabaca; y Juan José Palacios "Tele" (El Puerto de Santa María (1943-2002) batería y percusión, ex-Gong, se reúnen a finales del 74, tras el encuentro de Jesús y Eduardo en Tabaca, para formar parte de una nueva formación que llamarían Triana, por vivir "Tele" en ese barrio.
Poco después, en el mes de marzo del 74, se graba en Madrid el primer álbum del grupo, que sale a la calle con el nombre de "El patio" (Movieplay-Gong 75), un disco que va a redefinir el nuevo movimiento de grupos andaluces en España. Con una portada genial, típica andaluza del dibujante Máximo Moreno, y producido por el comentarista de radio y TV Gonzalo García-Pelayo, el álbum sigue siendo hoy calificado como de obra maestra.
Desde un principio, el sonido Triana es una expresión, un grito de libertad, amor y ensueño, que gira en torno a los teclados de Jesús y a su inmensa voz. La forma en que pronuncia "niña", es algo especial, el sentimiento sincero de sus letras: "qué motivos nos impiden vernos", en "Abre la puerta", el sueño-evasión del pájaro blanco de "En el lago", o la visión utópica de un sitio que sólo él conoce en "Sé de un lugar". Estos temas de corte progresivo y largo desarrollo, son jaleados con palmas, y el magnífico sonido flamenco de la guitarra de Eduardo, que lo mismo acompaña discretamente a Jesús, que se arranca en un ataque irresistible, mientras en momentos puntuales logra un sonido flamenco-acústico de calma y paz. Todo ello aderezado con un primer curso de como tocar la batería rock con latidos flamencos del "Tele", que se hace acompañar de cascabeles y gongs. Completan la terna, Manolo Rosa, el mejor bajista andaluz de su tiempo, y Antonio García de Diego, a la guitarra eléctrica. Esta primera entrega no genera mucha publicidad, ni mucha radio, pero el grupo sale a la carretera en vista de que unos miles de aficionados han comprado el disco, y ven en Triana reflejados sus sentimientos y sueños en una Andalucía dominada por el bombo y las castañuelas.
En plena transición española, el grupo recorre España de norte a sur, actuando en TV y tocando en numerosos festivales junto a Imán y Gualberto, entre otros. Y en la "noche roja" de Miguel Ríos, que suministra a grupos españoles de equipos de primera línea de sonido y luces, que van a realzar la puesta en escena del rock español.
El segundo disco del grupo "Hijos del agobio" (Movieplay-Gong 77) penetra en la radio gracias al tema "Rumor", una breve canción sobre un tiempo alegre que habla de libertad. El título-canción del disco alude a toda una generación que atenazada y carente de expresión, es poco menos que anestesiada en unos tiempos que "hay que maldecir". Dentro del disco aparece "Sr. Troncoso", un bello contraste acústico, sobre un vecino del barrio al que saludan con frecuencia. El sello Gong, en un principio "underground", despacha miles de discos de este segundo, y a paso rápido, la dirección de Triana ha arrastrado a numerosas bandas andaluzas a seguir el camino.
Comienzan los años dorados del rock andaluz, que culminan con "Sombra y luz" (Movieplay-Gong 79) que, tras una primavera imparable, termina en el Parque de Atracciones de Madrid completamente abarrotado para, con una memorable actuación, recibir el disco de oro por la venta de más de 100.000 discos. En este disco, temas como "Sentimientos de amor", o "Quiero contarte" son éxitos masivos, y el alma y corazón que el grupo puso en duros años de trabajo comenzaba a dar frutos. Es el cierre de un ciclo brillante del trío, que a partir de entonces va a tener que luchar con la competencia y el stress. Jesús siempre dijo que Triana venía de la calle, y que él cantaba natural, de ahí que admirara a Camarón, por ejemplo.
Sólo un año después aparece "Un encuentro" (Movieplay 80), producido sólo por ellos, sin las ilustraciones de Máximo Moreno, con algunos cambios, y donde aparece un clásico trianero: "Tu frialdad". El sonido ha mejorado, pero el contenido tiende a arreglos más pop. Parece que la industria va absorbiendo la primera frescura y lo progresivo, por arreglos más enfocados hacia las listas. El resultado no es el esperado, y continuará con "Triana" (Movieplay 81), y "Llegó el día" (Movieplay 83), discos donde aparece Manglis a la guitarra o Enrique Carmona en momentos puntuales, pero los arreglos pop o reggae siendo actuales desnudan al sonido que los fans admiraban.
Aun así, los conciertos en vivo continúan siendo importantes, en un país que ellos habían animado a cambiar, pero que parecía pensar ahora en otra cosa. El rock y el punk estaban a la orden del día, hasta que a la vuelta de un concierto en Vitoria, cerca de Burgos, una furgoneta se cruzó en el camino del coche de Jesús, hiriéndolo mortalmente, momento que provoca la disolución oficial de la banda, con la pérdida del poeta más importante del rock andaluz.
Triana sigue en el corazón y en la memoria de los aficionados porque su música nos enseñó a luchar, sufrir y amar. Sin ellos nuestra historia no tendría sentido, ellos fueron la banda sonora de nuestras vidas. Como decía Jesús en la canción: "Se marchan todos los sueños, qué pena da despertar...".
La historia de Triana se remonta a los primeros años 70’s, cuando en Sevilla se empezaban a escuchar grupos de rock progresivo con ideas nuevas, como Blind Faith, King Crimson o Pink Floyd, y que ejercerían una importante influencia en un montón de músicos que estaban buscando su propio sonido.
Jesús de la Rosa (Sevilla 1948-83) teclados y voz, ex-Nuevos Tiempos; Eduardo Rodríguez (Sevilla 1945) guitarra flamenca y voz, ex-Payos y Tabaca; y Juan José Palacios "Tele" (El Puerto de Santa María (1943-2002) batería y percusión, ex-Gong, se reúnen a finales del 74, tras el encuentro de Jesús y Eduardo en Tabaca, para formar parte de una nueva formación que llamarían Triana, por vivir "Tele" en ese barrio.
Poco después, en el mes de marzo del 74, se graba en Madrid el primer álbum del grupo, que sale a la calle con el nombre de "El patio" (Movieplay-Gong 75), un disco que va a redefinir el nuevo movimiento de grupos andaluces en España. Con una portada genial, típica andaluza del dibujante Máximo Moreno, y producido por el comentarista de radio y TV Gonzalo García-Pelayo, el álbum sigue siendo hoy calificado como de obra maestra.
Desde un principio, el sonido Triana es una expresión, un grito de libertad, amor y ensueño, que gira en torno a los teclados de Jesús y a su inmensa voz. La forma en que pronuncia "niña", es algo especial, el sentimiento sincero de sus letras: "qué motivos nos impiden vernos", en "Abre la puerta", el sueño-evasión del pájaro blanco de "En el lago", o la visión utópica de un sitio que sólo él conoce en "Sé de un lugar". Estos temas de corte progresivo y largo desarrollo, son jaleados con palmas, y el magnífico sonido flamenco de la guitarra de Eduardo, que lo mismo acompaña discretamente a Jesús, que se arranca en un ataque irresistible, mientras en momentos puntuales logra un sonido flamenco-acústico de calma y paz. Todo ello aderezado con un primer curso de como tocar la batería rock con latidos flamencos del "Tele", que se hace acompañar de cascabeles y gongs. Completan la terna, Manolo Rosa, el mejor bajista andaluz de su tiempo, y Antonio García de Diego, a la guitarra eléctrica. Esta primera entrega no genera mucha publicidad, ni mucha radio, pero el grupo sale a la carretera en vista de que unos miles de aficionados han comprado el disco, y ven en Triana reflejados sus sentimientos y sueños en una Andalucía dominada por el bombo y las castañuelas.
En plena transición española, el grupo recorre España de norte a sur, actuando en TV y tocando en numerosos festivales junto a Imán y Gualberto, entre otros. Y en la "noche roja" de Miguel Ríos, que suministra a grupos españoles de equipos de primera línea de sonido y luces, que van a realzar la puesta en escena del rock español.
El segundo disco del grupo "Hijos del agobio" (Movieplay-Gong 77) penetra en la radio gracias al tema "Rumor", una breve canción sobre un tiempo alegre que habla de libertad. El título-canción del disco alude a toda una generación que atenazada y carente de expresión, es poco menos que anestesiada en unos tiempos que "hay que maldecir". Dentro del disco aparece "Sr. Troncoso", un bello contraste acústico, sobre un vecino del barrio al que saludan con frecuencia. El sello Gong, en un principio "underground", despacha miles de discos de este segundo, y a paso rápido, la dirección de Triana ha arrastrado a numerosas bandas andaluzas a seguir el camino.
Comienzan los años dorados del rock andaluz, que culminan con "Sombra y luz" (Movieplay-Gong 79) que, tras una primavera imparable, termina en el Parque de Atracciones de Madrid completamente abarrotado para, con una memorable actuación, recibir el disco de oro por la venta de más de 100.000 discos. En este disco, temas como "Sentimientos de amor", o "Quiero contarte" son éxitos masivos, y el alma y corazón que el grupo puso en duros años de trabajo comenzaba a dar frutos. Es el cierre de un ciclo brillante del trío, que a partir de entonces va a tener que luchar con la competencia y el stress. Jesús siempre dijo que Triana venía de la calle, y que él cantaba natural, de ahí que admirara a Camarón, por ejemplo.
Sólo un año después aparece "Un encuentro" (Movieplay 80), producido sólo por ellos, sin las ilustraciones de Máximo Moreno, con algunos cambios, y donde aparece un clásico trianero: "Tu frialdad". El sonido ha mejorado, pero el contenido tiende a arreglos más pop. Parece que la industria va absorbiendo la primera frescura y lo progresivo, por arreglos más enfocados hacia las listas. El resultado no es el esperado, y continuará con "Triana" (Movieplay 81), y "Llegó el día" (Movieplay 83), discos donde aparece Manglis a la guitarra o Enrique Carmona en momentos puntuales, pero los arreglos pop o reggae siendo actuales desnudan al sonido que los fans admiraban.
Aun así, los conciertos en vivo continúan siendo importantes, en un país que ellos habían animado a cambiar, pero que parecía pensar ahora en otra cosa. El rock y el punk estaban a la orden del día, hasta que a la vuelta de un concierto en Vitoria, cerca de Burgos, una furgoneta se cruzó en el camino del coche de Jesús, hiriéndolo mortalmente, momento que provoca la disolución oficial de la banda, con la pérdida del poeta más importante del rock andaluz.
Triana sigue en el corazón y en la memoria de los aficionados porque su música nos enseñó a luchar, sufrir y amar. Sin ellos nuestra historia no tendría sentido, ellos fueron la banda sonora de nuestras vidas. Como decía Jesús en la canción: "Se marchan todos los sueños, qué pena da despertar...".
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