Gualberto García - guitarra eléctrica y sitar
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Como muchos jóvenes de los 60’s, Gualberto en un principio hubiera deseado ser una estrella del rock como los Beatles o los Rolling quizás, pero el paso del tiempo ha demostrado todo lo contrario. Atrevido, investigador, flamencoso, productor, arreglista, compositor clásico, "hijo del agobio", anti-ego y persona sencilla ante todo, este artista sevillano sigue en la actualidad unido al mundo exterior a través de "las tapitas" en su página web, una ventana (diario donde se acompaña de sus propios dibujos), nos cuenta sus sensaciones e inquietudes todos los días.
Gualberto García Pérez (Sevilla 1945) comienza a tocar la guitarra desde muy temprano, y pronto en fiestas y saraos de Sevilla con Los Murciélagos versionando a sus ídolos junto a Silvio y Mané. Tras alguna ayuda a los primeros Gong, funda Smash, el grupo de rock sevillano que rompe con "lo establecido" cantando en inglés una especie de rock-blues psicodélico en plena dictadura española. Tiempos rancios y anárquicos de pelo largo y hipismo subido, pero el paso adelante coincide con la edición de "Glorieta de los Lotos", disco que consigue separarlos de todo lo que se hacía en aquel momento en el país.
Dos años tocando por el territorio nacional es demasiado, y cuando se edita "El garrotín", un éxito indiscutible, ya se ha marchado a USA, donde estudia música, toca en estudios y en algún que otro disco de Félix Cavaliere. Ve a Jimi Hendrix en Woodstock y se convierte en una de sus referencias.
Al volver, pasa por Barcelona, donde edita un single con su mujer Jessica en una suave línea acústica y material que se incluye en el doble LP “El nacimiento del rock en Andalucía” (Diábolo 1978). Esto precede a la llegada de Art Wohl al violín, Todd Purcell a la guitarra, los hermanos Trujillo, de procedencia americana y Antonio Díaz al bajo. Esta es su primera banda oficial como líder que completa con el teclista Carlos Cárcamo para su primer disco "A la vida y al dolor" (Gong 1975) con portada abarrotada, donde se encuentran "Tarantos para Jimi Hendrix" y una primera toma de contacto con Enrique Morente en "Prisioneros", aunque ya antes había experimentado con El Lebrijano.
A continuación llega "Vericuetos" (Gong 1976), un disco más fluido, con los teclados de Marcos Mantero (pre-Imán) y donde aparece "Noche de Rota". Este disco es melancólico, lírico, a veces acústico y otras eléctrico, y donde se aprecia a una mente rockera con un corazón que suspira flamenco. En esa época había colaborado con Lole y Manuel en "Tarantos del hombre". De lo que no cabe duda es que Gualberto ha encontrado a su segundo amor, el sitar, con el que ya había experimentado anteriormente en Smash.
Con estas premisas, comienza a tocar con el guitarrista flamenco Ricardo Miño, también sevillano, y sale a los festivales de rock de la época por lo general junto a Triana e Imán. El público, poco menos que hipnotizado, lo acepta y respeta como un explorador, mientras sus colegas rockean en los años dorados del rock andaluz.
Poco antes del 79, sacude el "Musical Express" de TVE, junto a Julio Matito y Antoñito a la batería en lo que seria la ultima actuación de Smash conocida donde cantan "Tiny Peter". Tras la muerte de Julio, Gualberto cuelga la guitarra eléctrica para entregarse al sitar al completo. Con el duende suelto, acompaña a Camarón en "Nana del caballo grande", un poema de Lorca, donde Gualberto al sitar conecta con el cantaor gaditano en un soberbio tema con ecos lejanos de la India y jondos tonos poéticos. Una belleza.
En los años 80’s toca otra desbandada y aparece como productor, arreglista y compositor para artistas como Remedios Amaya, Carlos Cano o José Manuel Soto, entre otros, mientras compone ya piezas clásicas para orquesta, e incluso colabora con el Coro de la Hermandad de Triana. Ni un tímido recuerdo del rockero Smash. Como líder publica tres discos con Ricardo Miño, a destacar "Tangos de Nueva Delhi", una pieza que recrea la fórmula sitar-flamenco hasta el límite. Gualberto en todo momento, "canta" las notas del sitar como si de un cantaor se tratase.
Esta época culmina con otro gran disco, éste acompañando al cantaor jerezano Agujetas. Un disco salvaje, fuerte y grabado en una sola toma. No podía ser de otra forma con un carácter como el de Agujetas. En todo momento, podemos apreciar a un Gualberto sumido en su misterio, dándole la espalda a proyectos comerciales o con marcas discográficas populares, porque él "pasa" materialmente de la fama.
En los 90’s publica "Sin comentario" (Lost Vinyl 1996), grabado para un pequeño sello valenciano. Gualberto se sumerge en su estudio "La granja de Gerves" para comerse él solito un reto con la electrónica del momento, usando guitarra con sonido sitar, loops y sonidos pregrabados, donde destaca el tema "Cante", una vuelta al Gualberto en estado puro rockeando por flamenco.
Siendo de Sevilla, y más conectado con todo tipo de eventos, aparece en la Bienal Flamenca de Sevilla, siempre con piezas sinfónicas o clásicas, con lo que completa un círculo que empezó con el rock y termina con composiciones más ambiciosas. La propia Junta de Andalucía le condecora por sus servicios a la cultura, y él continua su marcha en el nuevo milenio acompañando a Paco el del Gastor, guitarrista flamenco, o con la obra "Crisol" donde toca todo tipo de instrumentos étnicos acompañado de un cuarteto.
Aún escribiendo un libro, resultaría matemáticamente imposible acercarse a la persona o al artista Gualberto, pero mientras tanto podemos seguir en contacto con él, yéndonos de "tapitas" en su página web y, de paso, podríamos preguntarnos ¿cómo un músico de tamaña producción y de la calidad de este sevillano, uno de los pocos músicos que ha abrazado el sitar en Europa a tiempo completo, no tiene ni siquiera una recopilación con sus hazañas desde Smash hasta ahora? Sería una forma de celebrar su trayectoria con los muchos aficionados que le siguen de siempre.
En este terreno "no se trata de hacer flamenco-pop, ni blues aflamencado, sino de corromperse por derecho”. Gualberto y su sabiduría musical perdurará en el tiempo.
Gualberto García Pérez (Sevilla 1945) comienza a tocar la guitarra desde muy temprano, y pronto en fiestas y saraos de Sevilla con Los Murciélagos versionando a sus ídolos junto a Silvio y Mané. Tras alguna ayuda a los primeros Gong, funda Smash, el grupo de rock sevillano que rompe con "lo establecido" cantando en inglés una especie de rock-blues psicodélico en plena dictadura española. Tiempos rancios y anárquicos de pelo largo y hipismo subido, pero el paso adelante coincide con la edición de "Glorieta de los Lotos", disco que consigue separarlos de todo lo que se hacía en aquel momento en el país.
Dos años tocando por el territorio nacional es demasiado, y cuando se edita "El garrotín", un éxito indiscutible, ya se ha marchado a USA, donde estudia música, toca en estudios y en algún que otro disco de Félix Cavaliere. Ve a Jimi Hendrix en Woodstock y se convierte en una de sus referencias.
Al volver, pasa por Barcelona, donde edita un single con su mujer Jessica en una suave línea acústica y material que se incluye en el doble LP “El nacimiento del rock en Andalucía” (Diábolo 1978). Esto precede a la llegada de Art Wohl al violín, Todd Purcell a la guitarra, los hermanos Trujillo, de procedencia americana y Antonio Díaz al bajo. Esta es su primera banda oficial como líder que completa con el teclista Carlos Cárcamo para su primer disco "A la vida y al dolor" (Gong 1975) con portada abarrotada, donde se encuentran "Tarantos para Jimi Hendrix" y una primera toma de contacto con Enrique Morente en "Prisioneros", aunque ya antes había experimentado con El Lebrijano.
A continuación llega "Vericuetos" (Gong 1976), un disco más fluido, con los teclados de Marcos Mantero (pre-Imán) y donde aparece "Noche de Rota". Este disco es melancólico, lírico, a veces acústico y otras eléctrico, y donde se aprecia a una mente rockera con un corazón que suspira flamenco. En esa época había colaborado con Lole y Manuel en "Tarantos del hombre". De lo que no cabe duda es que Gualberto ha encontrado a su segundo amor, el sitar, con el que ya había experimentado anteriormente en Smash.
Con estas premisas, comienza a tocar con el guitarrista flamenco Ricardo Miño, también sevillano, y sale a los festivales de rock de la época por lo general junto a Triana e Imán. El público, poco menos que hipnotizado, lo acepta y respeta como un explorador, mientras sus colegas rockean en los años dorados del rock andaluz.
Poco antes del 79, sacude el "Musical Express" de TVE, junto a Julio Matito y Antoñito a la batería en lo que seria la ultima actuación de Smash conocida donde cantan "Tiny Peter". Tras la muerte de Julio, Gualberto cuelga la guitarra eléctrica para entregarse al sitar al completo. Con el duende suelto, acompaña a Camarón en "Nana del caballo grande", un poema de Lorca, donde Gualberto al sitar conecta con el cantaor gaditano en un soberbio tema con ecos lejanos de la India y jondos tonos poéticos. Una belleza.
En los años 80’s toca otra desbandada y aparece como productor, arreglista y compositor para artistas como Remedios Amaya, Carlos Cano o José Manuel Soto, entre otros, mientras compone ya piezas clásicas para orquesta, e incluso colabora con el Coro de la Hermandad de Triana. Ni un tímido recuerdo del rockero Smash. Como líder publica tres discos con Ricardo Miño, a destacar "Tangos de Nueva Delhi", una pieza que recrea la fórmula sitar-flamenco hasta el límite. Gualberto en todo momento, "canta" las notas del sitar como si de un cantaor se tratase.
Esta época culmina con otro gran disco, éste acompañando al cantaor jerezano Agujetas. Un disco salvaje, fuerte y grabado en una sola toma. No podía ser de otra forma con un carácter como el de Agujetas. En todo momento, podemos apreciar a un Gualberto sumido en su misterio, dándole la espalda a proyectos comerciales o con marcas discográficas populares, porque él "pasa" materialmente de la fama.
En los 90’s publica "Sin comentario" (Lost Vinyl 1996), grabado para un pequeño sello valenciano. Gualberto se sumerge en su estudio "La granja de Gerves" para comerse él solito un reto con la electrónica del momento, usando guitarra con sonido sitar, loops y sonidos pregrabados, donde destaca el tema "Cante", una vuelta al Gualberto en estado puro rockeando por flamenco.
Siendo de Sevilla, y más conectado con todo tipo de eventos, aparece en la Bienal Flamenca de Sevilla, siempre con piezas sinfónicas o clásicas, con lo que completa un círculo que empezó con el rock y termina con composiciones más ambiciosas. La propia Junta de Andalucía le condecora por sus servicios a la cultura, y él continua su marcha en el nuevo milenio acompañando a Paco el del Gastor, guitarrista flamenco, o con la obra "Crisol" donde toca todo tipo de instrumentos étnicos acompañado de un cuarteto.
Aún escribiendo un libro, resultaría matemáticamente imposible acercarse a la persona o al artista Gualberto, pero mientras tanto podemos seguir en contacto con él, yéndonos de "tapitas" en su página web y, de paso, podríamos preguntarnos ¿cómo un músico de tamaña producción y de la calidad de este sevillano, uno de los pocos músicos que ha abrazado el sitar en Europa a tiempo completo, no tiene ni siquiera una recopilación con sus hazañas desde Smash hasta ahora? Sería una forma de celebrar su trayectoria con los muchos aficionados que le siguen de siempre.
En este terreno "no se trata de hacer flamenco-pop, ni blues aflamencado, sino de corromperse por derecho”. Gualberto y su sabiduría musical perdurará en el tiempo.
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